Hablemos de la banca y el riesgo climático. Financiar una agenda verde también es un imperativo comercial, pero se necesitan habilidades especializadas para proteger los balances. En este entorno incierto, los bancos deben actuar en dos frentes: necesitan administrar sus propias exposiciones financieras y ayudar a financiar una agenda verde, que será fundamental para mitigar el impacto del calentamiento global.
Riesgos físicos del cambio climático
La temperatura de la superficie de la Tierra ha aumentado a un ritmo récord en las últimas décadas, creando riesgos para la vida, los ecosistemas y las economías. La ciencia del clima nos dice que un mayor calentamiento es inevitable durante la próxima década, y probablemente también después de eso.
Los riesgos físicos del cambio climático son poderosos y generalizados. El calentamiento causado por los gases de efecto invernadero podría dañar la habitabilidad y la trabajabilidad, por ejemplo, a través de una mayor probabilidad de olas de calor letales. El calentamiento global socavará los sistemas alimentarios, los activos físicos, la infraestructura y los hábitats naturales.
El riesgo de una caída significativa en los rendimientos de granos (de 15 por ciento o más) y daños al stock de capital por inundaciones se duplicarán para 2030. En conjunto, esperamos que alrededor de un tercio de la superficie terrestre del planeta se vea afectada de alguna manera.
Oportunidades
Los impactos físicos darán lugar a riesgos y oportunidades de transición en la economía. Donde se incluyen cambios en la demanda, el desarrollo de nuevos recursos energéticos e innovaciones derivadas de la necesidad de abordar las emisiones de carbono.
Los sectores que serán los más afectados incluyen petróleo y gas, bienes raíces, automotriz y transporte, generación de energía y agricultura.
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Enero de 2020 fue el enero más cálido registrado. A medida que las temperaturas aumentan de esta manera, corresponde a los bancos gestionar los riesgos y oportunidades relevantes de manera efectiva.
Además, la regulación requiere cada vez más que los bancos gestionen el riesgo climático. Algunos han comenzado, pero muchos aún deben formular estrategias, desarrollar sus capacidades y crear marcos de gestión de riesgos. Hay que actuar con decisión y con convicción. Por lo que la gestión eficaz del riesgo climático será una habilidad esencial establecida en los próximos años.
Presión reguladora y comercial
Los bancos están bajo una creciente presión reguladora y comercial. Los reguladores bancarios de todo el mundo, han formalizado nuevas reglas para la gestión del riesgo climático. Tienen la intención de implementar pruebas de estrés exigentes en los próximos meses.
Muchos inversores, ya consideran factores ambientales, de sostenibilidad y de gobierno (ESG) en sus decisiones de inversión. Además de estar canalizando fondos a empresas “verdes”.
