La lectura ha sido considerada de muchas formas y utilizada de diversas maneras. Algunos la usan como medio para retraerse y entrar o conocer nuevos mundos. Otros para informarse y entretenerse. También están los que buscan inspiración. Esta última podría ser una buena razón para que todo Marketer incluya el hábito de la lectura en su rutina diaria.
¿Cuántas veces hemos tenido un bloqueo creativo? La lectura, sin duda, nos puede ayudar a inspirarnos, generar nuevas ideas, conocer otras culturas, mejorar nuestro vocabulario e incluso abrir nuestra mente a nuevos paradigmas. Pero si esas no te parecen razones suficientes para adentrarte a leer, acá te ampliamos algunos beneficios de este recurso para tu crecimiento profesional:
Leyendo entiendes mejor a tu público
Es usual ver marcas y negocios con poco calor humano, mecanizados y con poco tacto. Sobre todo, en el mundo digital donde las redes sociales y páginas web dan la impresión de ser manejadas por robots: su contenido suele ser frío y distante. Pero, ¿qué pasa cuando entendemos las diferentes realidades de nuestro público y nos ponemos en su lugar? Seguramente sabremos llegarles de manera más eficaz y cercana.
La empatía es clave en todo servicio o negocio que trate directamente con personas. Con la lectura podemos desarrollar esta habilidad humana: entender los sentimientos de otros. Cuando leemos tenemos la posibilidad de conocer y entender puntos de vista que no son el nuestro. Podemos ver realidades de otras personas sin siquiera movernos.
La lectura nos permite reflexionar acerca de experiencias que quizá nunca viviremos, pero que han vivido otros. La literatura, por ejemplo, desarrolla la inteligencia emocional. La New School for Social Research de Nueva York realizó un estudio publicado en la revista Science sobre la relación entre lectura y empatía. Los resultados fueron significativos. Los lectores de ficción “seria” demostraron un entendimiento notable de los sentimientos y razonamientos ajenos.
La lectura cultiva la imaginación y mejora la comunicación
Así como ejercitamos nuestro cuerpo para mejores condiciones físicas y más músculos, nuestra mente trabaja igual. La lectura es un excelente gimnasio para nuestro cerebro. Cuando leemos hay actividad mental, y esta despierta la imaginación y concentración.
Leer una historia bien contada puede sumergirnos en nuevos mundos, nos estimula a crear caminos alternos del relato, adelantar situaciones, incluso nos inspira ideas frescas. Al mismo tiempo estamos alimentando nuestro acervo cultural. Conocemos palabras nuevas, las agregamos a nuestro repertorio. Y si prestamos más atención, mejoramos nuestra ortografía y redacción.
Cuando leemos aumentamos nuestro vocabulario y confianza porque conocemos mejor un tema. Esto mejora nuestras habilidades comunicativas, por lo que crear mensajes efectivos nos resultará más fácil. Estimular nuestro cerebro con la lectura de diferentes géneros literarios garantiza una diversidad de imaginar y crear.
La lectura es más salud y menos estrés
¿Cuántas veces nuestra mente no es bombardeada de pensamientos e ideas? Al punto que nos estresa, aunado al ajetreo laboral y personal. Nos desconcentramos y nos resulta difícil centrarnos en una tarea. Te suena familiar ¿eh?
La lectura combate el estrés al relajar y hacer que los latidos del corazón sean más lentos, aliviando la tensión muscular. El simple acto de leer estimula a que nuestro cerebro se centre en una sola actividad, lo que se traduce en un mayor grado de concentración. Una mente activa retrasa el envejecimiento mental.
Incluso leer combate el insomnio. Según un estudio de la Universidad de Sussex, leer relaja más que escuchar música, dar un paseo, tomarse una taza de té o los videojuegos. Siempre que no usemos un dispositivo retroiluminado para leer. El mismo estudio descubrió que leer solo durante 6 minutos ya reducirá la frecuencia cardíaca y relajará los músculos, por lo que es más fácil conciliar el sueño.
Aunque tengamos muchas cosas por hacer, crear el hábito de lectura se puede lograr. No tienes que dedicar horas a leer. Con treinta minutos puede bastar para aprovechar los beneficios que te brinda una buena lectura.