Muchas marcas enfocan su atención en cómo atraer clientes. Sin embargo, pocas evalúan cuál de sus estrategias no está funcionando o está siendo empleada de forma inadecuada. La pauta digital descontrolada y exceso de publicidad, por ejemplo, provocan un efecto contrario: espantar a los usuarios.
Si bien, la publicidad es una estrategia que ha tenido buenos resultados a lo largo del tiempo, con el uso de las redes sociales, se hace más presente. Aunque, los internautas no parecen estar recibiéndola de buena manera. El primer error es el exceso de estos anuncios.
Según un estudio hecho por The Khoros Blog, más de la mitad de los usuarios digitales ha empezado a recortar el tiempo que pasa en las redes sociales o evitarlas directamente. ¿La culpa? El exceso de publicidad que reciben cuando acceden. Los más proclives a odiar la publicidad son los jóvenes (mileniales y Generación Z), quienes no están de acuerdo con ser targeteados por las marcas en sus espacios sociales.
Pero ¿qué es lo que realmente les molesta de este exceso de publicidad?
Publicidad que interrumpe
Cuando no permite seguir con el contenido o aparecen ventanas emergentes, que muchas veces no son leídas por el usuario. Este tipo de anuncios o información suele aparecer en momentos inoportunos. Una de las mayores quejas es por la longitud de la publicidad, que suelen sobrecargar las páginas y no permite cargar los datos con normalidad.
Cada interrupción o mientras más se obstaculice la experiencia del usuario con tu producto o servicio, es más probable que el cliente se fastidie y abandone la compra o visita de tu sitio. Los anuncios o promociones con demasiados colores, llamativos y sonidos fuertes son los más repelidos.
El exceso de publicidad es abusivo
Muchas veces los anuncios superan en cantidad al contenido, lo que genera saturación a la vista del cliente. Esto sucede mucho en YouTube, con sus anuncios publicitarios muchas veces mal segmentados y además con larga duración. Por eso, muchos usuarios recurren a instalar programas de bloqueo de publicidad.
El truco está en no ser invasivos y crear la mínima molestia en los internautas. YouTube, por ejemplo, mejoró esto en algunos videos y sus anuncios no aparecerán a mitad del contenido.
Publicidad con segmentación errada
No todo es para todos, si el público objetivo no está bien definido y se lanzan anuncios que llegan al mercado equivocado es un error difícil de perdonar. Además, muchos usuarios son bombardeados con publicidad sin cesar, reciben contenido que no es de su interés. Eso sucede cuando la segmentación no está bien definida.
Los usuarios solo quieren recibir contenido que sí les interesa. Y si la marca no está llegando al público de interés, también puede provocar una sensación de decepción en sus clientes, por no enterarse o no recibir a tiempo la información.
Exceso…de desinterés por la marca
Cuando se pierde el interés de un cliente por tu producto o servicio, algo no está funcionando bien. Puede que sea un problema puntual o uno estructural, de base. Además de repetirle cada cinco minutos lo que ofreces o aparecerle en todos lados, algo que les hará perder el interés son: las falsas promesas.
Exagerar lo que ofreces, darle cualidades que no tiene o brindar soluciones que realmente no puedes dar es caer en la deshonestidad. En este mundo global, ahora es más fácil comprobar la efectividad de casi cualquier servicio o producto. Todo está en Internet, las opiniones, las reviews, etc.
Asegúrate de brindar información transparente de lo que ofreces, sin maquillar la realidad. Y siempre ser congruente con lo que promocionas y entregas al cliente.
Publicidad obligatoria
Sin duda, no poder omitir o ignorar algo saca a más de uno de sus casillas. Este tipo de publicidad o información quizá sea la más detestada por la comunidad digital. El usuario siempre quiere tener el control de lo que consume y si no le das la oportunidad de siquiera rechazar algo, posiblemente abandone el lugar o se vuelva un detractor de tu marca.
Muchas veces las empresas cometen el error de querer que su público se comporte como ellas quieren, pero la verdad es que, hay que entender a los clientes y en la medida de lo posible, satisfacer lo que desean o esperan.