Hacer una transformación correcta en condiciones comerciales normales es difícil. De hecho, según una investigación de la consultora McKinsey & Company, alrededor del 70% de las transformaciones fallan. Pero en este momento es quizás aún más difícil, y más crítico, que nunca. A menos, que se invierta tiempo y recursos en cultivar las habilidades de tu equipo.
En medio del brote de COVID-19, se les pide a los líderes que se muevan rápido y tomen grandes decisiones con una frecuencia sin precedentes. Llevar a cabo esas decisiones y crear un cambio importante dependerá en gran medida de las capacidades de su gente.
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Es necesario tener personas con las habilidades y capacidades adecuadas para que el cambio funcione, especialmente mientras se está trabajando en circunstancias de aislamiento social.
Para logarlo, las organizaciones deben:
- Desarrollar programas de creación de capacidades digitales.
- Potenciar las habilidades necesarias para crear cambios de forma rápida y a distancia.
- Combinar experiencias en línea, talleres y simulaciones facilitados para ayudar a los empleados a mejorar su forma de trabajar, centrándose en las habilidades y mentalidades que más importan.
- Impulsar el desempeño, el liderazgo y un excelente trabajo remoto.
- Mantener el cambio transformador.
En definitiva: apoyar el crecimiento de los empleados.
Ejemplo de éxito
Mucho antes del brote de coronavirus, por ejemplo, una compañía de industrias avanzadas con más de 100,000 empleados en 150 países necesitaba una forma escalable para mejorar la forma en que funcionaba a un nivel fundamental. Un proyecto único diseñado solo para el equipo ejecutivo no sería suficiente.
En el transcurso de un año, la organización lanzó una plataforma de Capacidad para Ejecutar en ocho idiomas a más de 40,000 de sus colaboradores. A través de simulaciones interactivas, videos y cuestionarios, y orientación experta informada por la ciencia del comportamiento, se les pidió a los participantes que reflexionaran profundamente sobre sus roles, proporcionaran comentarios significativos y cambiaran sus comportamientos cotidianos.
Esto introdujo un marco completamente nuevo y un lenguaje común que ha ayudado a cambiar la cultura corporativa de la empresa. Las reuniones, por ejemplo, se han reducido a 30 minutos. Además, lograron desarrollar planes para prevenir o reducir el posible impacto negativo.
Sentimientos del cliente
El cliente habla de sentirse escuchado y valorado, y el equipo de liderazgo dice que el nuevo enfoque estructurado integra más profundamente las necesidades de los clientes en su toma de decisiones.
Aunque mucho de esto suene lógico, las habilidades fundamentales rara vez son una práctica común de manera consistente en una organización. El entorno COVID-19 solo ha exacerbado lo que se necesita para cualquier transformación: traducir el sentido común en un comportamiento común para obtener un impacto poco común.