Los pagos móviles llevan existiendo ya unos años. De hecho, empezaban a catalogarse como el método de pago del futuro. Son más rápidos, cómodos y tienen como elemento clave, el uso de smartphones. Durante estos meses de confinamiento, los consumidores nos hemos acostumbrado a disminuir el uso de efectivo. Es de esperarse que todos estamos evitan al mínimo el contacto, por lo cual, resulta menos riesgoso pagar o con tarjeta o desde internet.
Las pequeñas empresas se han visto obligadas a aceptar pagos con tarjetas y en paralelo, los consumidores descubrimos el potencial de pagar a través del teléfono celular.
Samsung Pay: Un ejemplo claro
Según un estudio de Samsung Pay, el 32% de quienes registraron una tarjeta en el sistema de pago móvil lo hicieron en los últimos tres meses para comprar en comercios a través del smartphone. El mismo estudio concluye que la crisis del COVID-19 ha acelerado los pagos a través móviles a pesar del descenso en el consumo.
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El estudio comparte otros datos interesantes:
- 43% de los que han registrado con éxito una tarjeta en plataformas de pago móvil indicó que, durante el mes de mayo, en pleno estado de alarma, utilizó “mucho más a menudo” las soluciones de pago con el móvil en tiendas físicas.
- La mitad afirmó que una vez pasado el estado de alarma preveía utilizarlos con mayor frecuencia que antes del confinamiento.
- Cuatro de cada cinco encuestados identifican los pagos ‘contactless’ como una forma más limpia de pagar.
- Aunque el 55% está preocupado con las condiciones higiénicas de los medios de pago en las compras, solo el 37% afirma limpiar a menudo sus tarjetas bancarias.
- El estudio también refleja que más de la mitad de los nuevos teléfonos vendidos registran un usuario nuevo en Samsung Pay, superando los indicadores previos a la crisis sanitaria.
OMS: El lado de la salud
Para la Organización Mundial de la Salud, es preferible usar métodos de pago sin contacto. Haciendo referencia directa a los pagos móviles. Es evidente que se ha constatado que el uso del efectivo ha disminuido en la pandemia y que este hecho puede marcar el comienzo de un cambio de hábitos. Dicho de otra manera, el COVID-19 nos ha enseñado que el efectivo no es imprescindible.
Lo cierto es que el riesgo de contagiarnos al pagar en metálico es bajo, pero, a pesar de que dinero es un vehículo de transmisión, también es verdad que la OMS recomienda pagar con tarjeta o móvil.